La reunión de turismo del G20 de la India comienza en Cachemira bajo estrictas medidas de seguridad

SRINAGAR: El lunes (22 de mayo) comenzó una reunión de turismo del G20 bajo estrictas medidas de seguridad en la Cachemira administrada por India, mientras Nueva Delhi busca proyectar una imagen de normalidad en una región asolada durante décadas por la violencia.

Tanto China como Pakistán han condenado la celebración del evento en el territorio de mayoría musulmana en disputa, que está dividido entre Nueva Delhi e Islamabad, quienes lo reclaman en su totalidad.

Durante décadas, una insurgencia que buscaba la independencia o una fusión con Pakistán ha visto morir a decenas de miles de civiles, soldados y rebeldes.

Pero India quiere demostrar que lo que los funcionarios llaman “normalidad y paz” está regresando a la región después de que Nueva Dehli revocara su autonomía limitada y tomara el control directo en 2019, imponiendo un bloqueo prolongado.

Desde entonces, los rebeldes han sido aplastados en gran medida, aunque los jóvenes continúan tomando las armas, y el número anual de muertos, uno entre miles, ha tenido una tendencia a la baja, con 253 muertes el año pasado.

Ahora India está promoviendo el turismo en la región, con su espectacular paisaje montañoso y letreros en el aeropuerto que lo declaran “paraíso en la tierra”.

Más de un millón de ciudadanos indios visitaron el año pasado, para deleite de las empresas turísticas locales.

Pero la disidencia ha sido criminalizada, las libertades de los medios restringidas y las protestas públicas limitadas, en lo que los críticos dicen que es una reducción drástica de las libertades civiles por parte de Nueva Delhi.

La policía dijo la semana pasada que se había reforzado la seguridad “para evitar cualquier posibilidad de ataque terrorista durante la reunión del G20”, y el lunes se desplegaron soldados y vehículos blindados en varios lugares de Srinagar.

Pero muchos puestos de control, envueltos en malla metálica y alambre de púas, habían sido desmantelados durante la noche, y algunos policías paramilitares estaban escondidos detrás de paneles publicitarios del G20 en lo que parecía ser un esfuerzo por minimizar la visibilidad de las fuerzas de seguridad.

El Frente Popular Antifascista, un nuevo grupo rebelde que surgió en Cachemira después de 2019, emitió un comunicado condenando el evento y amenazando con “desplegar terroristas suicidas”.

“Hoy, mañana o (el) pasado. Llegará”, dijo.

‘LUGARES INFESTADOS DE TERRORISTAS’

La reunión de tres días se llevará a cabo en un lugar amplio y bien protegido a orillas del lago Dal en Srinagar.

Asistirán dos ministros del gobierno indio, pero varias naciones occidentales enviarán solo personal diplomático local.

China, miembro del G20, que tiene sus propias disputas territoriales con India, se ha negado a asistir y no se esperan delegaciones de Turquía o Arabia Saudita.

Mientras tanto, se han planteado dudas sobre la elección de la ubicación.

“¿Piensa el gobierno de Modi que se puede promover el turismo en salas de conferencias cerradas junto a un lago panorámico patrullado por comandos marinos, con drones de vigilancia en lo alto?” escribió el columnista Bharat Bhushan en el periódico Deccan Herald.

“Eventos tan escenificados dejan en claro que la situación en J&K (Jammu y Cachemira) está lejos de ser normal”.

Para visitar Cachemira, los periodistas extranjeros necesitan un permiso especial, que normalmente no se concede, aunque se ha concedido para el evento.

Los permisos son válidos solo para la cobertura de la reunión del G20 y se limitan a la ciudad de Srinagar. Los titulares están obligados a no “propagar narrativas anti-India” ni visitar “lugares infestados de terroristas sin permiso previo”.

India ocupa la presidencia del G20 para 2023 y ha planificado más de 100 reuniones en todo el país.

Está enfrascado en un enfrentamiento militar con China a lo largo de su frontera mayoritariamente no demarcada en la región de Ladakh.

Beijing también reclama el estado indio de Arunachal Pradesh en su totalidad como parte del Tíbet, y considera a Cachemira un territorio en disputa.

“China se opone firmemente a la celebración de cualquier forma de reunión del G20 en territorio en disputa y no asistirá a tales reuniones”, dijo a los periodistas la semana pasada el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin, después de que Beijing también se mantuviera alejado de los eventos en Ladakh y Arunachal Pradesh.

Pakistán, que no es miembro del G20, controla una parte más pequeña de Cachemira y acusó a India de “arrogancia” y de violar el derecho internacional al celebrar la reunión de turismo en el territorio, lo que provocó una dura réplica de Nueva Delhi.

India acusa a Pakistán de entrenar y apoyar a militantes en Cachemira, lo que Islamabad niega.

La semana pasada, el relator especial de la ONU sobre cuestiones de las minorías, Fernand de Varennes, dijo que Nueva Delhi buscaba utilizar la reunión del G20 para “retratar un sello de aprobación internacional” sobre una situación que “debería ser denunciada y condenada”. India rechazó los comentarios.

Los residentes se han irritado bajo las medidas de seguridad intensificadas.

Cientos han sido detenidos en comisarías y miles, incluidos comerciantes, han recibido llamadas de funcionarios advirtiendo contra cualquier “señal de protesta o problema”, dijo a la AFP un alto funcionario bajo condición de anonimato.