
Los turcos en las urnas para elegir a su presidente y renovar el Parlamento
Los votantes turcos votan el domingo en doble papeleta: presidencial y legislativa. La oposición encarnada por Kemal Kilicdarogu espera destituir a Recep Tayyip Erdogan, al frente de Turquía durante veinte años.
Este domingo 14 de mayo los turcos acuden a las urnas para elegir a su nuevo presidente y renovar el Parlamento. Una votación que tiene lugar un siglo después de la fundación de la República de Turquía.
Los colegios electorales abrieron según lo programado a las 8 a.m. (0500 GMT) en Estambul y Ankara, señalaron periodistas de AFP, confirmados por medios turcos.
“¡Quería ser el primero en votar pero veo que ya llego tarde!” dijo Meliha, una pelirroja de 40 años en una cola en el barrio tradicionalmente pro-oposición de Cankaya en Ankara.
Polarizado entre los dos principales candidatos, el presidente islamoconservador Recep Tayyip Erdogan, de 69 años, en el poder desde hace 20 años, y su oponente Kemal Kilicdaroglu, de 74 años, líder de un partido CHP socialdemócrata y laico, el país debe otorgar a uno de los dos en menos el 50% de los votos más uno para asegurar la victoria en la primera vuelta.
Sesenta y cuatro millones de electores, que también elegirán el Parlamento, están registrados en este país de 85 millones de habitantes, tradicionalmente asiduo a las urnas, con tasas de participación superiores al 80%.
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una carrera reñida
Las últimas encuestas apuntan a una carrera muy reñida entre estos dos contendientes, con una ligera ventaja para el líder de la oposición, que presenta por primera vez un frente unido. A un tercer candidato, Sinan Ogan, se le atribuyen algunos puntos.
Kemal Kilicdaroglu, el líder del CHP de Mustafa Kemal Atatürk, fundador de la Turquía moderna, lidera una coalición de seis partidos que abarca desde la derecha nacionalista hasta el centro izquierda liberal. También recibió el apoyo del partido prokurdo HDP, la tercera fuerza política del país.
“Todos nosotros hemos extrañado la democracia”, dijo Kemal Kilicdaroglu el domingo después de votar en Ankara. “Todos extrañamos la democracia. Extrañamos estar todos juntos, abrazarnos. Ya verán, la primavera volverá a este país si Dios quiere y durará para siempre”, agregó.
El presidente turco saliente, Recep Tayyip Erdogan, por su parte, deseó “un futuro rentable” para el país y su democracia tras votar en Estambul. “Es importante que todos los votantes voten sin preocupaciones hasta el 17 h 00 (14 h 00 GMT) para mostrar la fortaleza de la democracia turca”, agregó el líder, sin augurar su victoria.
Crisis económica, inflación, terremoto
En 2018, durante las últimas elecciones presidenciales, el jefe de Estado ganó en primera vuelta con más del 52,5% de los votos. Una renuncia, que requeriría una segunda vuelta el 28 de mayo, por lo tanto, ya constituiría un revés para él. Recep Tayyip Erdogan se ha comprometido a respetar el veredicto de las urnas, vigiladas por cientos de miles de escrutadores de ambos bandos, de las que siempre ha sacado su legitimidad.
Esta vez se encuentra en un país desgastado por una crisis económica, con una moneda devaluada a la mitad en dos años y una inflación que superó el 85% en otoño.
El trauma del terremoto del 6 de febrero, que provocó el derrumbe de decenas de miles de edificios, causando al menos 50.000 muertos registrados y más de tres millones de desplazados, puso en duda la omnipotencia de un hiperpresidente que centraliza todos los poderes.
Es precisamente en el poderío del sector de la construcción, cuyos grandes logros destaca que han modernizado Turquía, que Recep Tayyip Erdogan basó su éxito durante su primera década en el poder, primero como primer ministro. Pero el terremoto ha puesto de manifiesto la corrupción de los contratistas y de las autoridades que emitieron permisos de construcción desafiando las normas antisísmicas.
Frente a él, Kemal Kilicdaroglu jugó la carta del apaciguamiento, prometiendo la restauración del estado de derecho y el respeto a las instituciones, abusado en los últimos diez años por la deriva autocrática de Recep Tayyip Erdogan.
Según las encuestas, sus breves y sosegados discursos, contrarios a las evasivas e invectivas del jefe de Estado turco, conquistaron a la mayoría de los 5,2 millones de jóvenes turcos que votarán por primera vez. “Mis queridos conciudadanos, mi proyecto más loco es devolver la democracia a este país. Este retorno despertará el entusiasmo de todo el mundo”, afirmó, el sábado por la noche, en un mensaje final en video, mientras el presidente turco finalizaba su campaña con rezando en la antigua Santa Sofía de Estambul, convertida en 2020 en mezquita.
“Transición suave”
Para el politólogo Ahmet Insel, exiliado en París, “la derrota de Erdogan demostraría que podemos salir de una autocracia bien establecida a través de las urnas”. Del mismo modo, señala Bayram Balci, investigador del CERI-Sciences-Po de París y exdirector del Instituto Francés de Estudios de Anatolia (Ifea), “la victoria de Kilicdaroglu demostraría que podemos garantizar una transición sin problemas en un país musulmán”.
Una forma de “primavera turca” que será examinada de cerca en el exterior. Porque Turquía, miembro de la OTAN, disfruta de una posición única entre Europa y Oriente Medio y es un actor diplomático importante.
Recep Tayyip Erdogan y Kemal Kilicdaroglu votarán al mediodía, el primero en Estambul, el segundo en Ankara. Ambos esperarán en la capital la proclamación de los resultados.
Los colegios electorales cerrarán a las 17:00 horas (14:00 GMT). Las primeras estimaciones oficiales se esperan cuatro horas después.
Con AFP