
Pese a “el cabreo” de los franceses, Emmanuel Macron se da 100 días para revivir
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El Presidente de la República intentó la noche del lunes pasar página en la reforma de pensiones al prometer actuar en varios proyectos importantes en los próximos meses. Pero más allá de las medidas sobre el soberano, Emmanuel Macron se mantuvo vago sobre sus intenciones. Probablemente no lo suficiente para apaciguar la ira de los franceses, que fueron varios miles para responder a su discurso con conciertos de cacerolas.
A menudo se dice que un presidente recién elegido disfruta de un “estado de gracia” que duraría cien días. Al darse “100 días de apaciguamiento, unidad, ambición y acción al servicio de Francia”, el lunes 17 de abril, durante su discurso televisado para responder a la crisis política y social provocada por la reforma de las pensiones, Emmanuel Macron dio la impresión de querer empezar su mandato de cinco años desde cero.
El presidente de la República se presentó ante los franceses como líder de la nación responsable, repitiendo una vez más que su reforma de las pensiones era fundamental y que no tenía otra salida que elevar la edad legal de jubilación de los jubilados de 62 a 64 años. “Estos cambios eran pues necesarios y constituyen un esfuerzo, es cierto”, reconoció.
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Emmanuel Macron también admitió que su reforma no fue aceptada por los franceses, quienes expresaron en la calle una “rabia” ligada al trabajo. “Nadie, y menos yo, puede permanecer sordo a esta demanda de justicia social y de renovación de nuestra vida democrática”, continuó.
Sin embargo, los franceses que soñaban con retirarse de la reforma o esperaban fuertes anuncios sobre el poder adquisitivo o instituciones para un mayor papel del Parlamento y una democracia más directa se desilusionaron rápidamente.
“Reconstruir y recuperar el impulso de nuestra nación”
A modo de hoja de ruta, el jefe de Estado dijo que quería “reconstruir y recuperar el impulso de nuestra nación” -frase que también parecía escrita para describir su propia situación- gracias a tres proyectos : trabajo, orden republicano y democrático, progreso para una vida mejor.
¿En qué consisten estos proyectos? ? Difícil de saber ya que el Jefe de Estado se mantuvo vago, en particular sobre su “nuevo pacto de vida en el trabajo” o sobre su “nuevo modelo productivo y ecológico”. Para saber de qué se trata exactamente habrá que esperar a futuros anuncios de la primera ministra Élisabeth Borne, confirmada en su post. Lo mismo se aplica a los servicios públicos, en los que se han prometido inversiones, en particular, educación y salud.
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Qué disipar las preocupaciones de los franceses ? “Durante los aproximadamente 10 millones de ustedes que viven en los barrios más desfavorecidos, en las zonas rurales más difíciles, en nuestros territorios de ultramar, volveremos a encontrar soluciones concretas para mejorar la vida cotidiana”, trató de tranquilizar Emanuel Macron.
Concreto para el electorado de derecha
Los anuncios queridos por el electorado de derecha, por otro lado, fueron mucho más precisos. Para hacer cumplir el orden, el presidente anunció el reclutamiento de “más de 10 000 magistrados y agentes” y la creación de “200 brigadas de gendarmería en nuestro interior”. También prometió “fuertes anuncios desde principios de mayo” para luchar contra “toda forma de delincuencia” y “toda estafa, sea social o fiscal”, al tiempo que prometió reforzar “el control de la inmigración ilegal”.
Emmanuel Macron también recordó que pretendía sacar adelante dos reformas presentadas durante la campaña presidencial del año pasado : la del bachillerato profesional y la del RSA condicionado. Dos propuestas que no deberían servirle para reconciliarse con los sindicatos, ya que estos últimos han criticado duramente estas medidas, en particular calificadas de “trabajo forzoso” por la CGT.
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De todos modos, Emmanuel Macron parece pensar que nada es imposible para él. Recordando su promesa, en 2019, de reconstruir Notre-Dame en cinco años y los comentarios escépticos que suscitó, el presidente afirmó que se podría mantener un “rumbo insostenible” gracias a la “voluntad” y la “movilización de todos”.
Incluso mientras pronunciaba estas palabras, los conciertos de cacerolas reunieron a miles de personas frente a muchos ayuntamientos y prefecturas de toda Francia, como para decirle que la movilización contra la reforma de las pensiones no estaba lista para extinguirse y que la ira no se extinguiría. desaparece en 100 días.