
Pistolas, testosterona y Cadillac… La lección de cine de Quentin Tarantino en Cannes
De nuestro corresponsal especial en la Croisette – – La carrera por la Palma de Oro, que se entregará el sábado, finaliza en el Festival de Cannes con la proyección de las películas de Wim Wenders, Catherine Breillat, Alice Rohrwacher y Ken Loach, los últimos largometrajes de la competición. Al mismo tiempo, la Croisette acogió a la superestrella Quentin Tarantino, que vino a impartir una extraordinaria lección de cine. France 24 estaba en primera fila.
El Festival de Cine de Cannes está entrando en la recta final. Mientras se inicia la cuenta atrás antes de la presentación de la prestigiosa Palma de Oro el sábado, este final del festival viene marcado por la presencia en la alfombra roja de dos “habituales” de la Croisette, que han venido a presentar sus nuevas películas en competencia.
El director alemán Wim Wenders, que ya ha presentado este año en una proyección especial el documental experimental “Anselm”, recibió una calurosa bienvenida el jueves 25 de mayo en el preestreno de “Perfect Days”, una fábula poética centrada en un trabajador de baños públicos de Tokio .
El británico Ken Loach, veterano del festival que cuenta con dos Palmas de Oro, también vuelve con “The Old Oak”, en la que un pequeño pueblo del norte de Inglaterra ve su día a día trastocado por la llegada de inmigrantes sirios.
Dos mujeres también están en el punto de mira: la francesa Catherine Breillat con “El verano pasado”, una transgresora historia de amor entre una mujer y su yerno de 17 años, y Alice Rohrwacher, cuya película “La Quimera” sigue a una pandilla. de pequeños traficantes de arte en la Toscana.
Finalmente, otro evento despertó gran entusiasmo en la Croisette. La visita del exuberante director estrella Quentin Tarantino, que ha venido a dar una lección de cine a sus fans.
Un encuentro organizado dos meses después del lanzamiento de su libro, “Especulaciones de cine”, en el que el director recorre los inicios de su carrera como cinéfilo. Quentin Tarentino, en plena preparación de su décimo largometraje, también ha señalado que podría ser el último.
Tarantino y su clase magistral
El jueves, a media tarde, una larga cola obstruye el paso, a lo largo de la acera, frente al teatro de la Croisette. Fans de todo el mundo acudieron para asistir a la masterclass de su gran maestro del cine, ganador de la Palma de Oro en 1994 con “Pulp fiction”.
Aclamado durante largos minutos cuando subió al escenario, el cineasta lanzó la proyección, en 35 mm, de una película sorpresa: “Rolling Thunder” (Violencia legítima, 1977), película de acción del director estadounidense John Flynn, poco conocido por el gran público. , pero considerada por Quentin Tarantino como “la mejor película de venganza de todos los tiempos”.
Después de pasar siete años en las cárceles vietnamitas, el mayor Charles Rane regresa a su ciudad en Texas. Recibido como un verdadero héroe, se le ofrece una caja llena de dinero y un hermoso Cadillac rojo. Mala suerte, estos pequeños regalos atraen la codicia de una banda de sinvergüenzas que asesinan a su familia y meten la mano en el sanibroyeur. Ataviado ahora con un brazo de plástico adornado con dos ganchos, el mayor, mitad hombre, mitad robot, se embarca en una misión de venganza que terminará en un burdel mexicano bajo una lluvia de cadáveres.
Sabor a kitsch y provocación
“¿Cuántos de ustedes no han visto esta película?” pregunta el director al final de la película. La mayoría de las manos se levantan. “Es un montón de clientes satisfechos”, se ríe.
Con esta película, Quentin Tarantino se arriesgó poco, todas sus influencias están ahí: la ultraviolencia, el gusto por lo kitsch y la provocación. Los “Niakoués”, los “Jap”, las mujeres… Todos lo toman por su rango.
A veces presente en sus películas, este tipo de invectivas también le ha valido a Quentin Tarantino cierta polémica. El director Spike Lee lo había criticado por el uso frecuente de la palabra “nigger” en sus guiones, mientras que Morgan Freeman, por el contrario, había defendido al director.
Pero también encontramos en “Rolling Thunder” el amor por el detalle, el manejo del ritmo y la sentida y divertida respuesta que caracteriza el cine de Quentin Tarantino.
“¿Por qué siempre termino con bichos raros?” se pregunta la bella rubia que acompaña al mayor en su viaje, cuando descubre el motivo de este desastroso viaje por carretera. “¡Porque son los únicos que quedan!” él responde ojo por ojo.
Violencia para “electrizar a la audiencia”
Esta proyección es una oportunidad para que el director vuelva a su concepción de la representación de la violencia, denigrada en algunas de sus películas por el derramamiento de sangre, que le gusta especialmente. En su libro explica que su madre, muy cinéfila, le dejaba acompañarla al cine desde muy pequeña y que muchas veces era el único niño en la sala. Para ella, la violencia en la pantalla no era un problema, incluso para su hijo pequeño, siempre que se entendiera.
Tarantino, por su parte, considera que la moralidad no debe dictar la estética de una película. Lo más importante es “electrizar a la audiencia”, como dijo el director estadounidense Don Siegel, explica. “La violencia con la que tengo un problema es la que está mal hecha, es la incompetencia”, especifica, explicando que si eso “lo remueve en la dirección equivocada” es porque para él perjudica la historia de la película. .
No obstante, el director afirma, en este terreno, tener un límite moral que no puede traspasar: “Matar animales de verdad en una película”, como “se ha hecho mucho en las películas europeas y asiáticas”. “Incluidos los insectos”, especifica, despertando las risas de la sala ganada a su causa.
“No pago para ver la muerte de verdad. Estamos aquí para fingir, por eso puedo soportar esta violencia. Solo estamos bromeando, solo somos niños jugando, no es sangre real y nadie sale lastimado”, concluye.
Una décima película dedicada al amor por el cine
Durante esta masterclass, el director también hizo valer su supuesta preferencia por directores y obras poco conocidas o no valoradas en su justo valor, como la elección de la película “Rolling Thunder”, la ópera prima de un John Flynn desconocido para el batallón. ., que entonces era sólo un ayudante de dirección.
De igual forma, en su libro expresa su amor por Brian de Palma, su director favorito de los años 80. ¡popular, no es mi estilo! Nadie habría luchado para defenderlos mientras que a algunas personas realmente no les gustaba De Palma. Parte de mi amor, más allá de que era un gran director, venía de esa posibilidad de confundirme defendiéndolo, a veces a punto de llegar a las manos”.
Esta pasión desbordante por el cine, Quentin Tarantino también la mencionó al referirse a su última película “Érase una vez… en Hollywood”, estrenada en 2019. Dijo que su principal motivación para hacer este largometraje fue ‘aveven’ Sharon Tate, actriz y esposa de Roman Polanski, quien fue brutalmente asesinado por miembros de la “familia Manson” en la década de 1970, al imaginar un final alternativo a esta tragedia.
Preguntado por su nueva película en preparación, una nueva oda al cine que tendrá como protagonista principal a un crítico de cine, Quentin Tarantino se mostró mucho menos locuaz: “No les puedo decir nada hasta que hayan visto la película”… Antes excitando a su audiencia, provocando estallidos de risa en la sala.
“Me siento bastante cómodo ahí con este micrófono en mis manos, tengo la tentación de hacerte algunos monólogos de los personajes ahora mismo… Pero no voy a hacerlo, no, no. Pero estoy tentado… Quizá si hubiera menos cámaras”.
Este décimo largometraje es tanto más esperado cuanto que el director ha señalado en varias ocasiones que podría ser el último. “Negocio a seguir”, concluyó.