
polarizar para gobernar mejor, la estrategia electoral ganadora de Erdogan
Publicado en :
Retórica nacionalista, comentarios polarizadores e invectivas violentas… Para maximizar sus posibilidades de ganar las elecciones presidenciales turcas, cuya segunda vuelta está prevista para el 28 de mayo, Recep Tayyip Erdogan está empleando la misma estrategia que le ha asegurado sus éxitos electorales anteriores. Descifrado con Samim Akgönül, historiador y politólogo, director del departamento de estudios turcos de la Universidad de Estrasburgo.
Llegó a lo más alto de la primera vuelta de las elecciones presidenciales turcas EL 14 de mayo, Recep Tayyip Erdogan ahora tiene una buena oportunidad de permanecer en el poder. Con el 49,5 % de los votos, frente al 44,9 % de Kemal Kilicdaroglu, su rival de una heterogénea coalición de seis partidos y apoyado por el prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP), está en una papeleta favorable para la segunda vuelta.
Mientras algunos encuestadores prometían su caída, incluso las elecciones legislativas se volvieron a su favor ya que la Alianza Popular, la coalición islamista-nacionalista que agrupa a su partido, el AKP, ya partidos de extrema derecha y religiosos, obtuvo la mayoría parlamentaria.
Amenazado por el desgaste de veinte años a poder, blanco de cierto descontento popular, alimentado por el hundimiento de la economía turca y la inflación galopante, criticado por la gestión del doble terremoto de febrero, Tayyip Recep Erdogan ha empleado una estrategia que ya ha demostrado su valía para reunir a sus votantes detrás de su candidatura.
“El presidente saliente realmente no innovó durante su campaña presidencial, se mantuvo fiel a la estrategia electoral que lo llevó al poder, explica Samim Akkonul, historiador y politólogo, director del departamento de estudios turcos de la Universidad de Estrasburgo. Ha consistido durante varias décadas en instrumentalizar las divisiones de la sociedad turca y acentuar los clivajes, gracias a un discurso identitario y una retórica nacionalista, en torno a cuestiones étnicas, sociológicas y confesionales”.
Leer también Recep Tayyip Erdogan en una posición de fuerza antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales
La identidad turca y el papel del Islam, el tamaño del país, la omnipresencia de Ankara en la escena internacional… El Réis ha tocado todas las fibras sensibles entre sus seguidores pero también entre los turcos nostálgicos del Imperio Otomano.
“Su estrategia populista, su posicionamiento conservador y su carrera política se construyen en torno a discursos divisivos que son – y sus victorias electorales le dan la razón – mucho más rentable en Türkiye que unificar discursos, subraya Samim Akkonul. La sociedad turca está atravesada por líneas de fractura más fáciles de sangrar que de reparar o apaciguar, y Erdogan siempre ha sabido meter el dedo en estas líneas de fractura para ensancharlas un poco más”.
Según Samim Akkonul, el “Reis” aplicará “estas mismas recetas” durante la campaña de segunda vuelta porque los resultados de la primera vuelta de la presidencial muestran que “la población turca sigue votando sobre cuestiones de identidad y no sobre cuestiones racionales como la crisis económica o la gestión de los terremotos”.
“esos”: jluchar contra la mayoría contra las minorías
Gracias a su talante político, Tayyip Recep Erdogan también ha jugado siempre a ponerse del lado de la mayoría, prosigue el historiador. “Es decir del lado de los turcos contra los kurdos – nacionalizando su discurso y uniéndose a la extrema derecha nacionalista –del lado de los sunitas contra los alevíes – al aliarse, como hoy, con el Islam fundamental –y finalmente del lado de los conservadores islamistas contra los laicos y los laicos acusados de corromper a la sociedad”, precisa.
“El eslogan más exitoso de su campaña es el pronombre demostrativo ‘esos’, que ha utilizado a lo largo de su carrera, descifra Samim Akkonul. ‘Esos son terroristas, ésos no son como nosotros, ésos son separatistas, ésos son LGBT, ésos quieren casarse con animales, ésos quieren destruir el país’ y así sucesivamente, y ese miedo que infunde en la mente de la gente señalando el presunto ‘enemigos’ de Turquía está funcionando muy bien, ya que vuelve a estar a las puertas de ganar unas nuevas elecciones”.
Durante la última campaña, sintiéndose amenazado por una oposición unida, el presidente saliente incluso intensificó sus ataques y lanzó violentas invectivas contra Kemal Kilicdaroglu, de la minoría aleví, a quien calificó de “alcohólico y borracho” o más bien “terrorista”.
Leer también “Nací aleví, no lo elegí”: en Turquía, el sueño de igualdad de una minoría
“La violencia es parte de la estrategia de Erdogan, que ha dominado la violencia verbal contra sus adversarios y los que no están con él, pero también la violencia simbólica, como decía Pierre Bourdieu, suscitando siempre el miedo a la violencia física utilizando el aparato represivo del Estado, recuerda samim Akkonul. Llegó incluso a esgrimir, especialmente después de la revuelta de Gezi en 2013, la amenaza de la violencia paramilitar, a dar armas a sus seguidores y a incendiar las calles”.
Y para concluir : “Finalmente, hay en su discurso un poco de ‘después de mí el diluvio’, y esta impresión en el electorado turco de que Recep Tayyip Erdogan, quien es en el poder por más de 20 años, está tan asociado con la existencia del estado que su desmoronamiento serátener el equivalente a una deconstrucción del Estado.” Un elemento que puede, según el politólogo, explicar los buenos puntajes obtenidos por el presidente saliente en las zonas afectadas por los sismos.
Ver también Tras el terremoto, la reconstrucción en el centro de las elecciones turcas